Comunicación: work in progress

Uno de los aspectos sobre los que quería intervenir casi desde el primer momento era en la comunicación. Es incuestionable que la escuela no transmite una imagen moderna. Basta mirar nuestra web, nuestra presencia en redes o nuestra comunicación institucional para darse cuenta de ello.

No es un problema menor. Ofrecemos unos estudios muy exigentes, para una profesión que ha perdido relevancia social, en una Escuela que no transmite una imagen moderna. Es un cóctel muy peligroso. Y necesitamos atraer muchos buenos alumnos, porque el título de ingeniero de caminos sigue siendo muy duro. No hay fórmulas mágicas para afrontar ese reto, pero desde luego es difícil de mejorar si no somos capaces de transmitir otra imagen.

Hasta ahora estas cosas se llevaban por docentes o PAS que, adicionalmente a su trabajo, se responsabilizaban de la web o de las redes, pero ni son especialistas ni suele ser su principal cometido. No es algo raro en nuestra universidad. No sé cómo será en otras, especialmente las más antiguas, pero en nuestro caso se echan en falta algunos perfiles más acordes con las necesidades actuales. Faltan periodistas, faltan especialistas a comunicación e imagen, pero también informáticos, psicólogos, expertos legales,… Se trata de ámbitos que no han sido tradicionales pero en los que una universidad moderna tiene que disponer de potencia suficiente para competir en un entorno muy agresivo.

Me consta que se están dando pasos para intentar avanzar, pero la administración pública es lenta en sus movimientos. Por ejemplo, nosotros cambiamos el perfil de una plaza de administración que iba a salir a concurso dotándola de funciones de comunicación. Cuando se cubrió esa plaza, resultó que la persona que nos llegaba yo la conocía bien porque había trabajado conmigo hace unos años en la gestión del programa Erasmus y no tenía ningún tipo de formación en comunicación. Se trata de una persona fantástica que además tiene ganas de aprender y está realizando una buena labor. Pero el ejemplo está ahí: no es solo una cuestión de cambiar funciones, es que realmente nos faltan perfiles adecuados y, aunque vayamos en esa dirección, tardaremos años en cubrirlos.

En mi opinión, la Escuela no podía esperar. Es fundamental que durante los próximos años dediquemos recursos y profesionalicemos los aspectos relacionados con todo esto. Por eso hemos fichado a una persona que se dedica íntegramente a la comunicación e imagen de la Escuela y que, junto al PAS que antes comentaba, va a ir construyendo una oficina de comunicación.

Desgraciadamente, lo urgente apenas deja tiempo para lo importante y durante este último año hemos podido responder únicamente a las necesidades más acuciantes (cambiamos radicalmente la web y la presencia en redes sociales). No me quejo, creo que hemos avanzado bastante. Pero lo que nos gustaría es desarrollar durante el próximo curso un plan de comunicación e imagen bien pensado que responda a la realidad de la Escuela y nos permita ser ambiciosos.

Nada de esto es gratis. La Escuela dispone de un número limitado de recursos adicionales que vienen de los cánones (overheads) de proyectos o bien del alquiler de instalaciones. Dedicarlos a una cosa significa no dedicarlos a otras. No hay escapatoria, el liderazgo es un ejercicio de decisión y poder. Pero para mí este aspecto es una prioridad, lo que significa que si fuera necesario meter más recursos, buscaría la forma de poder hacerlo.